La piedra desconcertada y sus robustos arcos de sillería en el exterior, nos guarda entre sus anchos muros y las vigas de roble originales reflejando en todo momento su recia construcción y la perdurabilidad de la obra.
Sin dejar de utilizar materiales nobles que reflejasen el encanto de lo rústico, incorporando al conjunto todo el conforto de lo moderna.
La finca dispone de aparcamiento propio, jardín y una terraza desde la cual se disfruta de una magnífica panorámica de la cornisa cantábrica.